JENNIFER URGILÉS
LA
MANCHA
El derrame de petróleo
causado por Deepwater
Horizon, una plataforma petrolífera semisumergible de posicionamiento
dinámico de aguas ultra-profundas construida en el año 2001 y situada en el
golfo de México provocó el más importante vertido de petróleo de la historia,
estimado en 779 000 toneladas de crudo.
El propósito de la
torre Deepwater Horizon era
perforar pozos petrolíferos en el subsuelo marino,
trasladándose de un lugar a otro conforme se requiriera. Una vez que se
terminaba de perforar, la extracción era realizada por otro equipo. En
septiembre de 2009
perforó el pozo petrolero más profundo de la historia.
La torre estaba en la
fase final de la perforación de un pozo, en la cual se refuerza con hormigón.
Este es un proceso delicado ya que existe la posibilidad de que los fluidos del
pozo sean liberados descontroladamente. El 20 de abril
de 2010 una explosión tuvo lugar en la torre, provocando un incendio. Algunas
informaciones aseguraron que, tras la explosión y el incendio, once personas
estaban desaparecidas. Siete trabajadores fueron llevados vía aérea a la
estación aérea naval en Nueva Orleans
y desde allí fueron trasladados al hospital. Varios barcos de apoyo lanzaron
agua a la torre en un infructuoso intento de extinguir las llamas. Deepwater Horizon se hundió el 22 de abril
de 2010, a una profundidad aproximada de 1.500 metros, sus restos se
encontraron en el lecho marino desplazados aproximadamente 400 metros al
noroeste del lugar donde se ubicaba el pozo.
Las cifras del derrame son dispares, dependiendo de
las fuentes estarían entre las 680 y las 11.600 toneladas diarias (1 barril de crudo estadounidense tiene 158,987 litros y su
peso está entre los 119 y 151 kg). Desde el inicio del derrame
hasta el 15 de junio de 2010 (55
días) las cifras del derrame acumuladas alcanzarían los 228.000 toneladas. Si
la fuga continúa con cifras tan negativas -alrededor de 60.000 barriles diarios (más de 9,5 millones de litros diarios)
podría convertirse en uno de los mayores derrames de petróleo siendo el 15 de junio de 2010 al
menos seis veces superior al del Exxon Valdez.
El incontrolado derrame de petróleo -mezclado con una pequeña parte
de metano-, provocado por la dificultad de sellar varias
fugas en las tuberías del fondo marino, amenazó el hábitat de cientos de
especies marinas y de aves.
Debido a la posición de la plataforma en
el golfo de México, compartido por
Estados Unidos, Cuba y el propio México, el daño se
prolongó por una zona extremadamente amplia. Las primeras afectaciones
ocasionadas por el derrame se localizaron en las marismas de la
desembocadura y el delta del Misisipi, con la
aparición de tortugas, delfines y varias
especies de aves marinas muertas o atontadas. Los perjuicios al negocio de la pesca y el camarón en el área de Luisiana se estimaron en
cifras millonarias. Los frágiles ecosistemas de pantanos, con una
variada población animal y vegetal se vieron perjudicados, especies como el manatí, fueron las más
afectadas.
La
naturaleza busca su propio equilibrio, y cada día se le hace más difícil
encontrarlo. La velocidad con la que la hemos destruido es muy alta. Por eso,
los desastres cada vez son peores. Pero lo más triste es que no creo que esto
tenga solución, por más cumbres que se realicen en el mundo para disminuir los
agentes contaminantes.Cuando el ser humano esté dispuesto a recapacitar (y
estamos incluidos todos), ya será demasiado tarde.
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